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Nostalgia.

Mircea Cărtărescu.

17° de mis #librosen2022. «Nostalgia», escrito en 1993 por Mircea Cărtărescu y publicado por Impedimenta en 2012.
4.271 #páginasleídasen2022.

Cărtărescu es aquel escritor que escribe para cada uno de sus lectores. Digo esto con cierta perplejidad por la cantidad de historias de mi propia juventud que he revivido leyéndolo, y porque sé que le ha pasado a otros cuya juventud no tiene que ver con la mía pero sí, y aquí habita lo extraordinario, con la de él. No sé cómo lo hace, pero Cărtărescu ha escrito Nostalgia para mí y, quizás, sólo quizás, si lo lees, pienses que para ti también.
Nostalgia es una antología con estructura de novela en partes, es el mundo del escritor rumano repartido en relatos, un libro literario y hermoso, un retrato del Bucarest de los setenta/ochenta, un «enjambre que olía a piel, a tabaco, a trapos, a boñiga fresca, a carne a la brasa»
«El Ruletista» y «El Arquitecto» (prólogo y epílogo) son dos joyas literarias independientes, y los tres relatos centrales son vivencias del propio Cărtărescu que, pese a estar diferenciados, mantienen un hilo argumental infinito.
«El Mendébil» me ha transportado como ningún otro texto a mi adolescencia. Es como si Cărtărescu y yo hubiéramos vivido en el mismo barrio. Es, también, un poco «El señor de las moscas» y un poco Poe. «Los Gemelos» es una ida de olla con bandazos que lo empujan a la literatura fantástica, y es el relato más difícil de leer. Y en «REM» (donde me he topado, no sé cómo, con Gregor Samsa y con Andréi Tarkovski) no sabes bien qué es sueño y qué no, ni si estás bajo el influjo de un misterioso cometa blanco que con sus seis colas surca el cielo de Bucarest.
Nostalgia es un libro exigente, y no se puede leer con inercia porque entre alguno de sus párrafos hay saltos en el espacio y el tiempo que llegan sin avisar. Es un libro meta literario, con narradores que pasan a ser protagonistas y con historias dentro de historias, un libro complejo y original, un libro, ya lo he dicho, extraordinario, y una puerta de entrada perfecta a Cărtărescu. Bienvenido a mi vida, Mircea, de aquí ya no te vas.

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