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Océano mar.

Alessandro Baricco.

4º de mis #librosen2025. «Océano mar», escrito en 1993 por Alessandro Baricco y publicado por Anagrama en 1999.
Traducción de Xavier González Rovira y Carlos Gumpert.
918 #páginasleídasen2025.

Descubrí a Baricco hace trece años con «Seda» y no sé por qué no había vuelto a leerle. Bueno, sí: porque soy más de descubrir escritores que de empaparme de ellos, así de inconmensurable es el mundo de la literatura para mí, así de imposible de abarcar, y así manejo la ansiedad de saber que no voy a leer la obra completa de muchos de los escritores que me entusiasman.
Y con esta angustia controlada, y contenida, el pasado diciembre, en la librería Zuloa Irudia de Vitoria, me compré esta segunda (y aplaudida) novela de Alessandro Baricco, porque poco a poco y hueco lector a hueco lector sí voy repitiendo con aquellos autores que me han gustado en el pasado, y que sé que me van a hacer gozar.

Y qué gusto, qué gozada, qué entusiasmante lectura ha sido este «Océano mar», una evocadora —muy, muy evocadora— narración que no contiene una historia definida en la que al protagonista le pasa tal cosa y tiene que ir a su Ítaca haciendo esto y lo otro en el camino. Es un relato en el que «extraños niños, un pintor, una mujer bellísima, un profesor con un extraño nombre, un hombre misterioso, una muchacha que no quería morir y un cura cómico» comparten su búsqueda de algo (una Ítaca, en verdad) en el océano. Y no es una lectura fácil, ni desde el punto de vista estético (es distinta, llena de cursivas y extraños guiones) ni desde el argumental, porque el lector no siempre sabe a ciencia cierta por qué toman los personajes determinados caminos. Pero no importa, al contrario, estas decisiones del autor elevan la narración a otro nivel, y van acompañadas de unos recursos estilísticos y una prosa tan, tan bien escrita, que es un placer dejarte mecer en el mar de Alessandro Baricco. ¿Quién se podría negar, quién querría abrir los ojos para vigilar si un cambio de ritmo puede terminar en el abismo o el paraíso, en la tierra yerma o en el fondo del océano? Leer a Baricco es cerrar los ojos, confiarle tu vida, y ser un monigote a su lado, porque lo que este maravilloso autor italiano consigue es un regalo a la altura de muy pocos, es una alta literatura llena de frases que se dejan releer y son mejores con cada una de esas relecturas, de párrafos señalados para poder volver a ellos dentro de cinco, veinte, cincuenta años, de imágenes que ya nunca se van de la memoria.

Gracias por volver siempre, Baricco, quiero que sepas que te voy a seguir leyendo cuando me muera dentro de cincuenta y tres años.