Saltar al contenido

Hemos frenado.

Una incidencia en la línea de tren que debíamos tomar hacia Osaka nos ha dejado tirados en Nara durante un par de horas y, resignados, hemos dado con este acogedor bar donde no hacer mucho más que esperarlas. Así las cosas, hemos tomado unas cervezas, hablado de lo que nos queda por delante, y recordado las anécdotas que nos van a acompañar toda la vida. Y lo hemos disfrutado.

Y hemos frenado.

Nos hemos detenido.

Como vosotros al leer estos dos últimos puntos y seguido.

Y así, sin prisa, Vir ha buscado lugares donde cenar y yo he leído un rato, y ha sido un tiempo relajado y agradable entre tanta locura del ir y venir, de trenes y autobuses, de madrugones y carreras.

La vida, siempre, nos para y anima a mirar dónde y por qué somos, y nos permite agradecer, mediante un contratiempo, ¿por qué no?, el privilegio que tenemos de vivirla entre experiencias extraordinarias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *