Maggie O’Farrell.
18° de mis #librosen2024. «Hamnet», escrito en 2020 por Maggie O’Farrell y publicado en 2021 por Libros del Asteroide.
Traducción de Concha Cardeñoso.
4.424 #páginasleídasen2024.
Cada año hay tres o cuatro fenómenos editoriales que intento no dejar pasar. No hablo de los libros más vendidos del panorama, sino de los más vendidos entre mis editoriales y librerías favoritas; no de los que acumulan ediciones y ediciones, sino de los recomendados por mis críticos y críticas de referencia. Los fenómenos editoriales de cada uno tienen que ser los que se conforman en el imaginario propio, los que se alimentan de la prospección personal y se fortalecen por las recomendaciones de confianza.
«Hamnet» fue en 2021 uno de esos libros, y yo lo leo ahora gracias a que Vir me lo recomendó este verano. Lo leo tres años tarde porque entre estos fenómenos contemporáneos y la creciente montaña de clásicos que se van sumando a mi (casi) infinita lista de pendientes, no me da para más. A ver si uno de estos días me llueve una tormenta de dinero del cielo y me dedico, nada más, a leer y escribir, leer y escribir, leer y escribir.
No sé si «Hamnet» se va a convertir en un clásico. Habrá que esperar alguna década, confirmar que ha renovado de alguna manera el género y comprobar que su influencia se ve en otras publicaciones, pero sí sé que es un gran libro, con una gran (y original) historia detrás y una maestría en su prosa difícil de ver en otros no llamados a dejar huella.
Narrado con una omnisciencia que te hace mancharte con el barro que pisan sus gentes y sentir el sudor de sus enfermedades, contiene un triángulo de protagonistas que me ha fascinado: Hamnet, su padre (que no tiene nombre pero todos sabemos quién es), y su madre, Agnes. Y me detengo en ella, en Agnes, la comidilla de Stratford y habitante de los márgenes a quien la vida le impregna de un dolor y una valentía propias de las más altas figuras literarias de todos los tiempos.
Vivan estos personajes, vivan estas escritoras y viva aquella literatura que quizás, solo quizás, se convierta en referente de futuras formas de escribir.