Saltar al contenido

El mundo de ayer.

Stefan Zweig.

1º de mis #librosen2023. «El mundo de ayer», escrito entre 1939 y 1941 por Stefan Zweig y publicado por primera vez en España en 2002 por Acantilado.
546 #páginasleídasen2023.

¿Sabéis lo que es tener unas ganas loquísimas de un autor y cerrar la última página de sus memorias con la sensación de haber leído uno de los mejores libros en muchos años? ¿Sabéis lo maravilloso que es eso? Pues acabo de experimentarlo, y se me eriza el pelo al saber que una literatura así me va a acompañar ya de por vida.
Stefan Zweig fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. Conoció la popularidad desde sus primeras publicaciones, no porque fuera el mejor sino porque su concisión a la hora de escribir (corregía los textos hasta casi eliminarlos) era extraordinaria, de ahí su cantidad de novelas cortas. Pero yo lo he descubierto con esta extensa maravilla de memorias, este viaje por los primeros y convulsos cuarenta años del siglo pasado en Europa, que, enmarcados entre las dos guerras mundiales, son relatados en primera persona por este escritor acomodado, judío y pacifista, un hombre tranquilo que gustaba de relacionarse con los creadores de su época y que coleccionaba fetiches de todos los que podía, desde partituras hasta escritorios pasando por simples gestos de ellos hacia él. Por desgracia, ser quien fue cuando le tocó serlo acabó por empujarlo al suicidio junto a su segunda mujer en el exilio, en 1942, presa de la desesperanza de vivir en el mismo mundo que creía que quedaría en manos de un Hitler y unos nazis en la cumbre de su terrorífica hegemonía.
Este libro analiza con precisión quirúrgica y nostalgia la desintegración de la burguesía y sus formas hipercodificadas del final del imperio austrohúngaro, su fin como clase dominante. Y también la del resto de la sociedad que atravesada por un oscuro sentimiento de pérdida y una ausencia de patrón de comportamiento y valores, tuvo que poner el foco en sobrevivir a la barbarie, porque cuando la barbarie se apodera de todo, el sentido de la vida se pierde en una nube.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *