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Canción del ocaso.

Lewis Grassic Gibbon.

19° de mis #librosen2024. «Canción del ocaso», escrito en 1932 por Lewis Grassic Gibbon y publicado en 2021 por Trotalibros editorial.
4.731 #páginasleídasen2024.

Trotalibros editorial es una maravilla literaria; por lo cuidado de las ediciones y la pasión que desprende Jan Arimany, su editor. Pero sobre todo porque existe para recuperar joyas de la literatura injustamente olvidadas. Nació en 2020 y su catálogo es ya de una entidad importante, y eso me hace muy feliz, porque si a Trotalibros le va bien, en este país se lee bien, por mucho Premio Planeta y mucho monopolio bicéfalo que se apodere de las listas de ventas.

«Canción del ocaso» —que según el propio Arimany representa la esencia de la editorial— es mucha «Canción del ocaso». Contada por un narrador que imagino junto a unas pintas en un pub escocés, es una mirada nostálgica del cambio de una sociedad a algo más pragmático, que podría estar ambientado en cualquier época (por eso es universal), pero lo hace a principios del siglo XX con la llegada de las maquinas al campo; es una historia sobre las consecuencias de la guerra, y podría ser cualquier guerra (por eso es, también, universal) pero se trata de la Primera Guerra Mundial; y su protagonista es tan moderna, tiene tanto amor por una tierra que le va a sobrevivir, y quiere ser tan libre y odia tanto a los poderosos, que podría tratarse de la de cualquier clásico de la literatura (que se precie universal). No tiene un capítulo flojo, no cansa, y se disfruta de la primera a la última página. Es una joya justamente recuperada.

Entré en Trotalibros con «El fallo», de Antonis Samarakis, y continúo con «Canción del ocaso», y ya estoy deseando seguir (creo que será con «Hielo», de Anna Kavan) porque me fio de Arimany, me fio de Trotalibros, y estoy tranquilo porque la buena marcha de editoriales como esta es la buena marcha de la alta literatura en nuestro país.