Angela Davis.

21° de mis #librosen2018: «Autobiografía», escrito en 1974 por Angela Davis y publicado en 2017 por la Capitán Swing.
6.075 #páginasleídasen2018.
Esta no es una autobiografía al uso, no cuenta las fases de la vida de nadie. Cuenta los primeros 30 años de Angela Davis, filósofa, política marxista, activista afroafricana antirracista y feminista, y profesora del departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California en Santa Cruz, EEUU. Y es una biografía política plagada de compromiso, injusticia, racismo, amistad, amor, y lucha, mucha lucha.
En una interesante estructura, abre con el paso por la cárcel de la autora cuando se le acusó de asesinato y secuestro en 1972, continúa con el compromiso subyacente con el movimiento popular de defensa de los derechos humanos nacido en los racistas Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX, y cierra con el juicio resultante de dicha acusación.
Descubre a una mujer impresionante que desde pequeña —negra y de Alabama…— se reveló contra la trampa racista del «trabaja y triunfarás» y consiguió, junto a muchos y muchas, a través de un camino arduo y doloroso por el hecho de ser negros, concienciar a una sociedad profundamente injusta.
Es una lectura que moviliza y remueve y ante la cual es imposible no tomar partido política y filosóficamente. La filosofía y la actitud política sirven, y no desde actos desesperados y violentos, sino desde la reflexión y la cabeza fría como herramientas para producir cambios a nivel global, pese a que el dilema de la tensión de la cabeza de Jano y los claroscuros del comunismo sean, en ocasiones, palos en las ruedas.
Por último, permitidme destacar a la extraordinaria Angela Davis y admirar cómo pudo ser capaz de transformar el profundo dolor personal en una rabia justa y bien orientada que ayudase a generar cambios en la lucha colectiva. Y todo siendo un personaje extremadamente popular pero sintiéndose igual de importante y necesaria que cualquier otro preso político tirado en una sucia celda del penal de San Quintín.